Por calles y aceras de Prado

Barrio Prado, Historia Íntima mayo 21, 2018

Edición 1 - Movilidad

Por: MartaCe. Maya

… ¿Calles y aceras de prado?, suena a calles soñadas e inexistentes, a verdes y mullidas aceras por las que se levita y no se camina; suena a lugares paradisiacos… A vestido vaporoso que levanta el viento, a pies descalzos, a saltos que aspiran al cielo, a llevar de la mano… ¿Mano?, el timbre. Señor, por favor pare que me pasé…Oiga, pare, pare. Qué eleve. Varias cuadras más adelante, así que a caminar más hasta la casa. Nada parecido a la ensoñación en la que andaba. Me tocan ahora las duras y desoladas calles, con aceras que no siempre pueden ser usadas, porque a ratos la soledad es azarosa y el miedo me puede. Camino por mitad de la calle, por si me toca hacerle frente a alguna situación inesperada. Así caminamos algunos por Prado, por el barrio Prado, Prado-Centro, ese que hoy es diferente y del que solo queda el recuerdo.

Claro que el Barrio tiene los habitantes y viandantes que caminan por las aceras, pero en las horas que el sol brilla y cuando menos gente duerme. Hay quien pasa con sus hijos, hay quien va a la tienda, hay quien pasea los perros, quien riega las matas o quien va a su trabajo o a una cita médica. Hay quién escapa al veloz carro, quien hace una diligencia, quien va al estudio o simplemente busca un café, mientras espera. Pasa el que quiere recordar el barrio o quien por primera vez le da vueltas; pasa quien va al teatro y está el que duerme en la acera o lee la prensa. También pasa el que curvea para alejarse del indigente, del mal trajeado, o quiere sacarle el cuerpo al olorcito del bareto de quienes están al frente; el que se asusta con la moto en contravía; está el taxista que hace tiempo mientras aparece una carrera; se ve el tumulto que salió del Metro e intenta ganar tiempo al bajar las escaleras y le corre a la buseta que va de afán y a nadie le frena. Camina el que habla por celu, el que vende frutas, el del reciclaje, el vigilante y el proxeneta; el que lava la entrada, el que arregla la puerta… También ésta en la ventana el perro que se refresca…Ahora veo la puerta de mi casa e imagino que mamá ya duerme. Seguro que hoy también barrió la calle, dio la vuelta a la manzana y así, con el silencio de la noche, pasan las horas mientras otro día llega.


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